lunes, 16 de mayo de 2011

No importa tu origen...

La violencia de género se da en todos los niveles sociales, en todos los tipos de familia, en cualquier país, estado... Sin embargo, los países en los que está legalmente mejor visto son en los países musulmanes.

La mujer islámica, en la mayoría de los países, por no decir en todos los países musulmanes, sufre una fuerte discriminación y opresión; a pesar de que según el Corán, Alá concede la igualdad al hombre y a la mujr, los mismos virtudes y obligación. En realidad, a la mujer se les prohíbe la libertad de expresión y pensamiento, están  sometidas constantemente al control del hombre, visten como su religión o sus maridos les permiten y viven totalmente condicionadas e infravaloradas.

Algunos de los castigos que establece la ley islámica son: lapidación, azotes, palizas, flagelación...

Otro tipo de violencia que se lleva a cabo en los países musulmanes es la ablación del clítoris, destinada a controlar la sexualidad de las mujeres y, en ocasiones, aumentar el placer de los hombres. Las consecuencias de esta práctica son: pérdida del deseo y el placer sexual, dolor en el coito, infecciones pélvicas, muerte por septicemia o hemorragia...

Aunque, también en países como China, las mujeres sufren discriminación e, incluso, a veces maltrato.
Su discriminación comienza antes del nacimiento ya que, debido a la ley impuesta de tener un sólo hijo, las familias prefieren los niños a las niñas. De acuerdo con las estadísticas oficiales, el 97,5% de los bebes abortados son niñas.
La mujer china también está sometida a la violencia doméstica, física, mental y sexual de los hombres.
En las zonas rurales y montañosas, muchas mujeres son seducidas por disfrazadas agencias de contratación de empleos mediante promesas de trabajo bien remunerado en las zonas costeras, pero al final acaban como prostitutas o como esposas esclavas de campesinos.

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